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Abril 11



Esta tarde he hablado con mamá,

no dudó en preguntar por mi corazón,

significa que volvió a preguntar por ti.

¿Sabes? No tuve otra que ser sincero.


Hijo, ¿aún la quieres?

Más que eso, madre. Aún la amo.

¿Y ella a ti?

Ella también me ama, me lo ha confirmado.

¿Cómo estás seguro de eso?

Lo hace en sus postales.


¿Se comunica contigo?

Algunas veces recibo cartas y correos.

¿Cómo es su contenido?

A veces emotivo, otras tantas somero y breve.

¿Y cómo te sientes?

Me emociono sobremanera,

puedo pasar minutos enteros revisándolos,

una y otra vez.

¿Se te marca la sonrisa en el rostro?

Sonrío como un infante inocente.


¿Ya saliste a buscarla?

Varias veces, en todas fallé.

¿Valió la pena?

Siempre la valdrá.

¿Volverías a hacerlo?

Me es imposible no intentarlo.

¿Dejarías todo por ella?

Sin duda alguna.


¿Qué significa para ti?

Todo, lo que existe y lo que aún no ha sido creado.

¿A qué te recuerda?

A la paz frente al mar,

al calor del sol,

al frío de la noche,

a la adicción a los opiáceos,

a los párrafos de un texto,

a los versos de un poema.

También,

a la soledad del que escribe,

al encierro constante,

al dolor que produce una daga,

al disparo de un arma,

al vacío del abismo.


¿Y por qué sigues ahí?

Porque entre todo, me siento feliz, en casa.

¿Eres sincero?

Como nunca.

¿Te merece?

No la mayor parte del tiempo.

¿Entonces?

Me quedo con el porcentaje menor.

¿Por qué no están juntos?

Intento descifrarlo.


¿Eran?

Somos,

seguiremos siendo hasta el fin de los días.

¿Cómo lo sabes?

Me basta con verlo en sus ojos.

¿Los grandes y achinados que me has descrito antes?

Esos mismos, cafés y brillantes.


¿La esperarás?

Toda la vida de ser necesario.

¿Y mientras llega el momento?

Seguiré escribiendo para ella.

¿Por qué?

Puedo hacerla poesía y relato,

imaginarla y fantasear a su lado

en la ausencia, claro.


¿Y si no se da?

Ya lo he contemplado; dolerá.

¿Te dará paz?

Debería hacerlo.

¿Estás seguro?

Mi alma lo comprenderá.

¿Y si la ves con alguien más?

Seré tan feliz como ella,

merece volver a empezar.


¿Qué significará?

Que la deberé amar aún más.

¿A la distancia?

A la distancia, quizás.

Te conozco y sé que nadie como tú la amará.

Lo sé, mamá.


Eres valiente, hijo.

Soy pasional, madre.

¿Crees que serán para siempre?

Sin duda, es vitalicio y perenne,

sin importar qué, no tenemos fecha de caducidad.


¿Qué esperas de ella?

No mucho, realmente. Es un amor desinteresado.

¿Quieres que te elija?

Que se decida por mí una vez más.

¿Crees que te necesite?

Ahora más que nunca.

¿Que sepa que escribes para ella?

Cada palabra tiene su esencia.


¿Lo has intentado con alguien más?

Sí, pero no funciona.

¿Por qué?

El calor de su cuerpo,

su pasión,

sus caricias,

sus besos,

su aroma,

su esencia,

su mirada,

su sonrisa,

sus hoyuelos,

su amor y,

su existencia, no se encuentran por ahí.

Es única e inédita, es la utopía en la que quiero vivir.

No tiene comparación alguna.

Estoy lo suficientemente ocupado siendo de ella como para ser de alguien más.


¿Sueñas con dicha mujer?

Cada noche, siempre está presente.

¿A qué se debe?

Allí mis escritos toman forma, carne y vida.

¿Tienes fe?

Nunca la perderé.

¿Y la luna?

Aún la tenemos en común, nos vemos desde allí,

es nuestro espejo elevado en la oscuridad.


¿Por qué te marcó tanto?

Porque el primer amor nunca se olvida.

¿Según tú?

Según yo y mi experiencia.

Dame una buena razón.

Experimentas cosas que no vuelves a vivir, solo a repetir.


¿Sabes que no se puede tener a alguien por y para siempre?

Lo sé, por eso tengo miedo.

¿A qué?

No quiero que se acabe el tiempo sin volvernos a tener.

¿Te piensas casar?

Solo si es a ella a quien llevo al altar.

¿Y si ella se une con alguien más?

Miraré, solo, a lo lejos.


¿Y qué harás si se da?

Gritaré su nombre al viento,

no la soltaré,

la besaré y la cuidaré como antes lo desaproveché.

¿Qué sientes cuando escuchas su nombre?

La piel no se me deja de erizar.

¿Y el corazón?

Me late a mil, se acelera.

¿Te pones feliz?

Tanto que me sonrojo y sudo.


¿Y cómo lo defines?

Como un amor intenso, apasionado,

sensible y conmovedor.

Pero también complicado, inexplicable,

incomprensible, absurdo,

disparatado, irracional; perfecto.


¿Sabes por qué te llamé hoy?

Porque es 11 de abril, mamá.

¿La fecha de la melancolía y la soledad?

La de la remembranza y la desdicha.

¿Cambió algo esta vez?

Sí, antes de echarme a llorar decidí reír con algunos segundos de anterioridad.

¿Y?

Sentí locura, cordura, lucidez y sensatez.

Por ahora, deberás ser fuerte.


Colgó mamá.

Antes, le prometí terminar de escribir esto,

tomarme un trago, fumar un puro,

ponerme el abrigo y salir a buscarte

en medio de la incesante llovizna.

Espero dar contigo esta vez.



Posdata:


Te amo más aunque igual ya me ames.


Me piensas más aunque igual ya te piense.


Te extraño más aunque igual ya me extrañes.


Me recuerdas más aunque igual ya te recuerde.


Te necesito más aunque igual ya me necesites.


Me vives más aunque igual ya te viva.


Después de todo aquel te amo no resultó siendo tan efímero.


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1 comentário


Karenn Cañón
Karenn Cañón
12 de abr. de 2020

Wow. Wow. Wow. Estupendo de principio a fin, conversaciones acerca de temas que al destruir llenan de una manera absurda. Pelea, lucha, ama, ella es y será. ¡MAGNIFICO TEXTO!

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