Cavilaciones

Fueron

¿Recuerdas cuando le mentías a mamá para verte con él?

Cuando pasaba por ti a la escuela para llevarte a cenar.

Cuando solos, a escondidas, se querían sin pretextos de por medio.

Cuando él recorría tu cuerpo y te irradiaba de complacencia y ternura.

No lo sabían, pero eran.

Pasa(dos)

Solo pasa una vez en la vida; no se repite.

Primeros amores, amores eternos.

Solo dos personas podrían entenderlo; ella y él.

Entre sus promesas juraron ser eternos e infinitos.

¿Juntos o distanciados? No importaba, solo era la promesa que debían mantener.

Hasta el día de hoy siguen cumpliendo.

Recetas

No olvides cuando cocinaban juntos,

tortillas rellenas a la hora del almuerzo.

¿O qué me dices del desayuno que te llevaba a la cama mientras aún dormías?

Pétalos de flores, frutas, tostadas, huevos, jugo y chocolate.

Una nota de amor firmada por él acompañada de:

«Buenos días, princesa».

Él se sentaba a tu lado y tomaba café.

Duchas

¿Qué me puedes decir de los baños juntos?

El agua tibia que impactaba sus cuerpos.

La espuma del jabón, los cristales empañados.

La magnificencia de la desnudez que disfrutaban mutuamente.

Eran uno. Dos, nunca.

Volvían a salir a la calle nuevos, limpios, únicos.

Promesas

De estas, muchas.

Por azares del destino, algunas tuvieron fecha de caducidad.

Otras, por el contrario, siguen incluso aún vigentes.

Promesa sobre promesa, se vale.

Espero morir primero, no soportaría verte partir antes, decía ella.

Ni el aniquilamiento del mundo entero podría romperlas.

Literatura

Su mayor miedo era que llegara el día en el que dejara de escribir para ella.

Sopesaba cómo sería, qué vendría y qué significaría. Sentía miedo.

Pero comprendió y entendió que no pasaría,

que, por más que lo intentara, no lo iba a lograr.

Como si se tratase de un boomerang, siempre habría que volver a la raíz.

Pasara lo que pasara, sus letras siempre tendrían algo de su esencia.

Sería su secreto.

La cosa más grande, maravillosa y absurda que hice por amor, y desamor, fue convertirme en escritor.

Sentenció.

Pasiones

Cuando la besaba con ahínco,

mientras apretaba su pecho contra el tuyo.

A la vez, su mano buscaba tu rostro, tu cabello, tu cuello, tu espalda.

El ritmo aceleraba su marcha y traía caricias consigo,

él en tus lunares se detenía, los conocía de memoria.

El sudor y los jadeos acompañaban la impetuosa escena.

Clavículas

Libres, al viento, así le gustaban,

ya fuera reteniendo tu sostén o en medio de las sábanas.

Cuando tus movimientos corporales las hacían marcar más de lo habitual.

Besarlas y admirarlas, su pasatiempo favorito.

Amarlas y desearlas, su fantasía preferida.

Atardeceres

Sol y luna, juntos en el mismo firmamento.

La tarde y la noche uniendo y convergiendo,

matices de colores oscuros y naranja como lienzo de aviones en el cielo.

En medio, ellos: los niños, los adolescentes, los adultos.

Tomados de las manos y fundiéndose en un verso.

Digo, beso.

Hoyuelos

Eran sus citas favoritas, casi literarias.

Por un lado, en su rostro, a cada lado de sus mejillas,

remarcando aquella excelsa sonrisa y dentadura.

Por otro, a lo largo de su cuerpo, ese que él conquistó por vez primera.

Besos

Apasionados, vehementes, arrebatados.

Tiernos, lentos, sensuales.

Húmedos, babosos, empapados.

Grandiosos, inmensos, extensos.

Sosiego, paz, calma.

Viaje, travesía, periplo.

Hogar.

Poesía

Cada poema tenía sentido, al igual que las canciones.

De vez en cuando se metían unas líneas, así sonreían.

De amor o no, los entendían.

Antes de ir a dormir, ella lo pedía, sin más,

él lo hacía; le leía, ella se dormía.

Justicia

Carente en este caso.

Ellos, más que nadie, sabían que las cosas no siempre salen como se quieren.

Quizá también les faltaba valor.

Amor, de corazón, siempre existió.

Quizá necesario que pasara así, de lo contrario, no habrían crecido lo necesario.

Al final... ¡¿Qué carajo venía al final?!

Aunque en el fondo, se querían volver a cruzar.

Sacrificios

Juntos sintieron la necesidad de ser felices con poco más.